¿Cómo evitar el estancamiento en nuestro proceso de crecimiento personal y la búsqueda constante de goce y éxito?

Estoy segura de que en esta carrera interminable por vivir haciendo más y logrando más, te has preguntado muchas veces cómo evitar que tu enfoque en el futuro te aleje de tus metas y de eso que tanto anhelas lograr.

Y en realidad, es sencillo caer en la trampa de pensar que alcanzar nuestros objetivos nos llevará automáticamente a la felicidad. Sin embargo, esta obsesión por lo que vendrá puede dejarnos atrapados en un ciclo de estrés y ansiedad.

En este punto, lo que no vemos es que convertimos esas situaciones en estilos de vida en donde nuestras posibilidades se estancan y no podemos aprovecharlas como impulsoras de nuestro propio bienestar.

Entonces, ¿cómo en la carrera para encontrar lo que crees que te va a traer goce y disfrute, puedes estar truncando tus probabilidades de llegar a lograrlo?

 

Señales para Evitar el Estancamiento: Estrés y Ansiedad

No importa tu profesión o las actividades que desarrolles a diario, lo más seguro es que estás todo el tiempo tratando de tachar cosas de tu lista de pendientes, acumulando logros o tareas realizadas y enfocando todos tus esfuerzos en el futuro.

Siempre hay algo más que podrías estar haciendo, un proyecto más, asumir una nueva responsabilidad, estudiar algo adicional para buscar un ascenso u otro trabajo mejor pagado.

¿Por qué? Porque vivimos la vida bajo la premisa falsa de que si queremos ser exitosos, tenemos que estar continuamente haciendo algo y moviéndonos hacia la meta siguiente, la tarea siguiente y todo, lo más rápido posible.

Tu pensamiento está siempre en lo que sigue, el siguiente logro, la próxima persona con la que tienes que hablar, el siguiente libro que te tienes que leer, el siguiente curso.

Y en el proceso sacrificas el presente, renunciando a tu felicidad personal y además sosteniendo sentimientos negativos y altos niveles de estrés.

Todo esto, porque crees que la recompensa va a valer la pena y como consecuencia, quedas atrapado en una adicción al trabajo y en la necesidad de estar haciendo algo para sentirte bien o productivo; y al final, cayendo en la ansiedad.

 

Prioriza tu Felicidad: Detectando la Trampa del Hacer

Es muy común para nosotros estarnos preguntando a cada momento qué estamos haciendo para alcanzar lo que queremos lograr. Y si no nos lo estamos preguntando, lo están preguntando nuestros jefes, nuestra familia, los colegas, o nuestra pareja.

Y si la respuesta es no, no estoy haciendo nada. Probablemente te sientes mal al respecto o te sientes culpable.

Y para no sentirte así es que estás todo el tiempo necesitando hacer algo para mejorar, para estarle demostrando al mundo o a ti mismo, que sí estás haciendo lo que deberías hacer o para justificar tu presencia en un lugar o en una relación.

Esta tendencia a enfocarte en hacer y hacer y hacer, por supuesto que no es totalmente negativa, pues tener logros no tiene nada de malo en sí mismo.

Pero cuando en tu mente está la idea de que cada minuto es una oportunidad para poder hacer algo más y avanzar, te quedas atrapado en esa dinámica y no te detienes a pensar si te está funcionando y te está llevando hacia donde quieres llegar, que es ser feliz.

El problema es que comúnmente estás posponiendo tu felicidad en favor de estar haciendo más cosas para poder ser más feliz. O al menos eso es lo que crees. Y esto no te acerca ni al éxito ni a la felicidad que estás buscando.

La razón por la cual estás tan atrapado en hacer cosas es tu creencia de que después de cada logro viene una recompensa.

Ya lo dije antes, te sometes a la espera larga por una recompensa que cada vez más, te va a incitar a otra espera. Y de hecho, la recompensa mayor vendrá, que es tu felicidad. Sin embargo, cuando vives queriendo más, no permites que esa felicidad suceda.

 

Recupera tu Energía: En Busca del Crecimiento Personal, Goce y Éxito

Estoy segura de que en este momento ya puedes haber acumulado muchos logros desde afuera, verte bastante bien, y pareciera que lo has alcanzado todo, pero internamente “estás quemado”, sin energía para desempeñarte al máximo de tu potencial.

Sintiéndote miserable emocionalmente, físicamente y eso además, afectando todas tus relaciones personales. ¿Entonces, qué podemos hacer? ¿O cuál sería un primer paso hacia hacerlo un poco mejor?

Desacelerar la marcha. Enfocarnos en lo que estamos haciendo en cada situación y en lo que está sucediendo frente a nosotros en este momento. Piensa en expresiones como “vivir el momento”, parecen frases de cajón, pero hoy en día la ciencia respalda estos conceptos.

Nos dice que hay estudios que demuestran que entre más presentes están las personas en su realidad y las tareas que realizan, pueden desarrollarse con mayor eficiencia, pueden ser más productivas y además vivir con mayor felicidad y bienestar.

Incluso cuando no hay urgencia. Hay esta idea de que ser multitarea es algo, digamos, es como una cualidad fantástica que deberíamos tener. Se ha convertido en una forma de vida.

Nos hemos acostumbrado a que estamos, por ejemplo, revisando el teléfono todo el tiempo, mientras trabajamos, mientras compartimos en familia, en el gimnasio, peligrosamente, hasta manejando.

Ser multitarea en lugar de ayudarnos a lograr más cosas, nos está impidiendo hacer esas cosas bien. Nos impide que cuando estamos haciendo algo en particular, le demos atención completa y nos impide incluso, disfrutar del proceso.

En cambio, cuando logramos hacerlo bien, no tenemos que estar generando las hormonas que nos producen estrés y que al final nos hacen sentir agotados y hasta enfermos.

 

Tomar el Control de tu Bienestar y Rendimiento

Cuando tratamos de hacer muchas cosas a la vez, no solo estamos preocupados con la siguiente tarea, sino que estamos dañando nuestro desempeño y afectando nuestro bienestar.

Hay estudios, por ejemplo, que han encontrado que entre más una persona está concentrada en recibir y responder textos o correos electrónicos, más tendencia tiene a sentir ansiedad y depresión.

Por eso, nos sentimos conducidos por el tiempo sin ningún control y es fácil sentirnos sobrepasados. Y sin duda, ésto es lo que hace que perdamos energía vital y en consecuencia, nuestra paz interior.

Esto nos ayuda a entender, cómo ir más despacio y estando atentos de cada momento, puede incrementar nuestra energía y hacernos más eficientes en cada actividad en la que nos desempeñamos.

Eso trae bienestar a nuestra vida y por lo tanto trae más paz y mejores relaciones. Y cuando alcanzamos ese estado es que podemos empezar a replicar en los demás, la tranquilidad y el equilibrio que estamos experimentando.

Sin duda, sentirnos en calma facilita que nuestro crecimiento personal se dé por sí sólo, que nos sintamos confiados para disfrutar y gozar de la realidad en la que nos encontramos y además, que podamos experimentar el éxito sin restricciones y evitando el estancamiento.

 

Por: Mónica Giraldo
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