El reconocimiento empresarial tiene poder y se comprueba en la transformación de la visión de cualquier negocio. Por eso, cuando hablamos de la propiedad sistémica en las empresas nos referimos a la influencia de socios y fundadores.

Y es en esta carrera por hacer de las organizaciones sistemas competitivos que necesitamos prepararnos para desentrañar el poder del reconocimiento empresarial y aprender a usarlo para potenciar el éxito que buscamos.

Así, cuando hablamos de propiedad sistémica en las organizaciones, hablamos de quiénes somos como empresa y también, de quiénes son los socios, los fundadores, y de cuál es su influencia.

Lo relacionamos directamente con ellos porque la empresa toma la fuerza de estas personas y recibe su contribución en información, experiencia, ideas e ingenio.

Esto nos permite darnos cuenta de cómo influye un socio y cómo entrega a la empresa su fuerza para avanzar. Estamos hablando del reconocimiento a la labor de cada uno e incluso de su participación societaria, pues es así cómo se organiza la propiedad sistémica.

Además, entra en juego la capacidad de conocerse a sí mismos, pues muchas veces los fundadores no se sienten parte de la empresa y no se incluyen dentro del panorama general del sistema, lo que genera caos y pérdida de sentido.

Por el contrario, al reconocerse a uno mismo dentro de la empresa facilita que podamos llenarla con la fuerza que tenemos.

Si pensamos en el escenario empresarial desde las configuraciones es necesario tener en cuenta las constelaciones familiares y referirnos al pensamiento de Hellinger; así tomamos lo familiar para comprender nuestra propia red de relaciones al interior de la empresa.

Hacemos una mirada consciente de las dinámicas sobre las que se desarrolla el sistema y al tenerlo claro encontramos una herramienta para tomar a la empresa y abarcar con fuerza lo que ésta necesita para alcanzar resultados valiosos.

De esto se trata el impacto que tiene ordenar un sistema empresarial. Y ponerlo a nuestra disposición, garantiza que somos capaces de afrontar lo que venga, superarlo y continuar.

 

Cómo Liberar el Potencial Empresarial: Aprendiendo a Soltar

Así como ocurre en lo familiar, en el sistema empresarial también es importante aprender a soltar y valorar aquello que en realidad le aporta a la empresa y que ésta misma nos muestra que necesita.

Ese es otro tema bien interesante que aprendemos para ordenar el sistema familiar. Darnos cuenta de que la empresa tiene vida propia y que ella nos va guiando y nos lidera. Y poder descubrir lo que nos dice a través de estas herramientas sistémicas, es valioso.

Y en realidad, aprovechar la información que nos da el sistema a diario es práctico y nos ahorra tiempo. En mi experiencia he podido comprobarlo y verlo en otras personas que como yo, han entendido que las empresas son sistemas vivos que se nutren de nosotros.

En este punto, nos enfrentamos con prioridad a la toma de decisiones y las renuncias, pues en este proceso sistémico recibimos pero también damos. Entonces, empezamos a preguntarnos ¿qué tenemos que dejar?

En este proceso de ordenamiento tenemos la tarea de descifrar la empresa como un sistema en donde vienen cosas para aprovechar y usarlas en nuestro beneficio. Además, empezamos a identificar lo que hay que dejar.

Y de nuevo nos preguntamos, ¿qué podemos hacer?

Creo que en un sistema empresarial, todo el tiempo estamos enfrentándonos a conflictos y tomando decisiones que nos ponen a prueba, como por ejemplo, hacia dónde deben ir las cosas y qué metas debe alcanzar la empresa.

Así que lo mejor que podemos hacer es entrar en aceptación profunda para recibir con gratitud, soltar y dar lo mejor que tenemos para que con seguridad estemos llegando a un siguiente nivel.

 

Descifrando el Reconocimiento Empresarial: Legado Ancestral

Hay algo que es muy bonito de la sistémica empresarial y es el reconocimiento de la historia y del proceso que ha seguido la organización para llegar a donde está, es finalmente, la aceptación de todo como ha sido.

Reconocer quiénes hemos sido en la empresa y qué eventos en la historia de la empresa han sido trascendentales, y por supuesto, reconocer que esto que hemos sufrido y superado debe ser visto y aceptado por todos los que hacen parte de ella.

Pero no en todas las empresas lo tenemos tan claro. Y sobre todo eso que aporta cada persona que va entrando a la organización y que trasciende a la historia, porque de ahí viene la empresa.

En el ámbito familiar ocurre lo mismo cuando tomamos parte de nuestros ancestros y de todas las personas que han sido definitivas e importantes en nuestra vida para poder llegar a donde estamos.

En las empresas ocurren historias que no son tan agradables como quiebras o accidentes, pero también suceden logros, buenos resultados. Y todo se debe a personas y/o socios muy importantes que aportan.

Y es a ellos a quienes necesitamos ver, reconocer, incluirlos y hacerlos parte de la historia. Esto es lo que sin duda genera mucha fuerza porque la empresa toma de allí.

Esto es a lo que en algunas empresas le llaman lineal, se trata de que lo supuesto tiene una línea de tiempo precisa que llena de información al sistema y va trascendiendo a lo largo de los años.

Incluso en los productos y procesos podemos verlo. Y darse cuenta de cada parte de la historia y asociarla a la persona que corresponde nos llena como empresas de fortaleza y sentido. Podemos mirar hacia atrás y darnos cuenta de lo que teníamos y lo que logramos.

 

De las Familias a la Empresa: Tomando la Fuerza Ancestral

Cuando ordenamos el sistema familiar reflexionamos y miramos incluso en lo que trabajaban nuestros ancestros, descubrimos cómo estaba conformada nuestra familia materna y paterna, y esto nos llena de razones y confianza.

Entendiendo ésto, si vemos el sistema empresarial desde lo familiar, podemos mirar hasta la raíz. Esta es otra forma de reconocerse a uno mismo como una parte importante y activa de ese sistema.

Y cuando sabemos quiénes somos como personas, de dónde venimos y de dónde vienen nuestros talentos y pensamientos, logramos enlazar todo un legado ancestral con la construcción de algo más grande y estructural, que es la empresa.

Sin duda, estas son conclusiones a las que uno llega sólo cuando ha aceptado que tiene una historia que influye en su realidad. Y más aún en la empresa, uno empieza a entenderla como un sistema vivo cuando reconoce el efecto que tienen quienes la conforman.

Lo mágico de entender el sistema empresarial como un todo más grande es que empiezas a identificar que las perspectivas y la formación tanto familiar como organizacional te lleva a desarrollar el enfoque que necesitas para construir.

En otras palabras, por ejemplo cuando un niño empieza a interesarse y a pensar en negocios uno se pregunta, ¿de dónde viene esa fuerza para llegar a ese punto? Y si miramos a su familia, es casi seguro que encontremos ese talento como una herencia.

Sí, incluso los podemos oír hablar de la empresa que van a formar y que van a tener cosas, y eso es a lo que me refiero con tomar la fuerza. Nosotros lo hacemos de nuestros padres y abuelos, y la empresa lo hace de los fundadores y socios.

 

El Poder del Reconocimiento Empresarial

En las empresas, cuando nos abrimos al amplio panorama que comprende el sistema, y empezamos a incluir aspectos y personas que no teníamos en cuenta, ahí es cuando damos inicios a los cambios y nos disponemos para recibir y fluir.

Salirnos de nuestro campo de influencia para reconocer a empleados, empresarios y todas las personas que a diario aportan su trabajo y sus ideas al negocio, nos obliga a ir hacia adelante y nos permite descubrir quiénes somos realmente nosotros como empresarios.

Y aquí recuerdo que cuando yo descubrí este poder que tiene el reconocimiento, llegó una época de abundancia en la que todos trabajaban sus proyectos; y no sólo los que teníamos como empresa sino que eran proyectos personales también.

Ese fue el primer paso para revisar y entender el campo de influencia que traían por ejemplo los empleados de sus padres, sus abuelos y sus familias en general.

Y de manera maravillosa, el impacto incluso de empresas que existieron generaciones atrás y que hoy puedo decir que han influenciado y aportado a mi proyecto de manera poderosa.

Por eso, no hablo de mi faceta como empresaria como algo individual, sino de lo que hemos logrado ser todos dentro de un sistema organizacional. Hoy cobra mucho valor saber que mis resultados no tienen que ver con lo que yo haga, sino con lo que todos hicieron.

Y si me doy la oportunidad de hacer un reconocimiento empresarial, miro todos esos patrones de información en el campo laboral y descubro que tengo un sistema enriquecido por la influencia del conocimiento, las experiencias y talentos ancestrales.

 

Por: Mónica Paérez T.
Psicóloga y consultora sistémica

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