Si entendieras el poder de la gestión empresarial para liberar tu potencial como empresa, le dedicarías cuidado y atención a tus movimientos administrativos, tus decisiones y el impacto de tu liderazgo.

El sistema empresarial es una herramienta que proporciona los buenos resultados que uno necesita al interior de las empresas. Como empresarios, en algún momento necesitamos ordenar el sistema empresarial, no sin antes hacerlo con el nuestro, el familiar.

A veces, tenemos una empresa estructurada con unos lineamientos específicos y creemos que eso es todo. Pero, cuando uno entiende la amplitud que trae una mirada desde la sistémica, sabe que necesita migrar y hacer cambios.

Y entender esto, también requiere tener un poco de curiosidad e inquietud por parte de quienes hacen parte del sistema empresarial. Porque es eso lo que hace que el proceso de transformación sea valioso.

Recuerdo que, cuando yo asumí este reto en mi empresa, la primera comprensión más significativa que tuve fue que la empresa era un sistema y que estaba vivo, o sea, tenía vida y flujo.

Eso a mí me cambió por completo la perspectiva, porque esa idea de que no era algo rígido, no era algo que estaba quieto, sino que era un todo del que yo hacía parte, me hizo mucho sentido.

Entonces, para mí ver esa perspectiva fue revelador. Claro, y ahí es donde uno empieza a entender cómo la empresa al tener vida también tiene intenciones. Y cómo, cuando uno puede tener esta claridad y seguirla, es más fluido trabajar.

Y no es necesario esforzarse demasiado para hacer mucho, sino escuchar a la organización como un ser vivo y dejarse guiar y liderar por ella, tener los resultados que están más al servicio de la vida, entonces es bien interesante.

Al principio no sabía cómo interpretar el sistema o dónde aplicar el concepto de que estaba vivo y yo creo que eso es normal. Y claro, genera incertidumbre, pero tomé la decisión de continuar y te aseguro que es la mejor apuesta que he hecho para mi empresa.

 

Gestión Empresarial: El Impacto del Trauma y los Roles

Si pudiéramos definir en este momento dos aspectos iniciales claves del proceso de cambio para la empresa, sin duda serían el trauma y los lugares en la empresa.

¿Por qué? Porque los sistemas vivos en los que nosotros estamos también afrontan traumas como las pérdidas, por ejemplo, y eso hace que el sistema se cargue y nos impacte a quienes estamos dentro de él.

Cuando uno de los trabajadores o directivos de la empresa se va o fallece, se genera un impacto, un dolor en la organización que puede durar mucho tiempo y que puede empezar a quebrar aspectos importantes del sistema.

Por eso es clave reconocer lo que nos duele como empresa y empezar a descubrir cómo transformar eso para ponerlo a nuestro favor y más importante aún, al servicio de la vida.

El otro aspecto clave, son los lugares en la empresa porque cuando entendemos dónde estamos, cuál es nuestra función y qué es lo que aportamos al sistema, nos llenamos de sentido y de propiedad para entregar de nosotros lo que la empresa necesita.

Aquí viene el poder de los cargos, porque muchas veces se crean cargos sin un fundamento real de para qué se necesitan las personas y si son necesarias o no en la empresa.

Ese es un principio rector porque permite darle al sistema coherencia y dar también sentido a las personas con lo que son dentro de la empresa. ¡Es definir su propósito de vida dentro de la organización!

 

Desbloquea tu Potencial Sistémico con Gestión Empresarial

Es precioso cuando uno entiende el sistema desde la vida, una empresa viva, porque puede comprender que al estarlo, siente y experimenta todo lo que sucede en su interior. Y eso genera un impacto de situaciones que acompañan el ambiente empresarial.

Me refiero a que, eso que puede sentir el sistema y que lo impacta, nos acompaña en todas las labores y proyectos que hacemos dentro de la empresa. Y aquí está la clave, entender y ser más rigurosos con lo que le llevamos al sistema porque lo siente y lo toma para sí.

Es necesario permitir que se procesen traumas, dolores, inconformidades, a veces las empresas se paralizan y de hecho creo que en algún momento hasta podemos sentir como que la empresa se está quedando.

Sí, la empresa también se puede quedar como congelada, se puede paralizar en el tiempo.

Así que, imagina todo el impacto que tiene y cómo a través de muchas herramientas administrativas podríamos hacer cosas para mejorar el marketing, incrementar las ventas, hacer una cantidad de gestiones.

Pero, claro, si no se llega al trasfondo del problema o no se procesa el dolor, la empresa se descontrola porque cuando sufrimos trauma y congelamiento, hay colapsos o huidas.

Esto es tan poderoso que, cuando no permitimos que el sistema se exprese, bien sea porque no sabemos qué necesita hacerlo o porque no lo vemos, condicionamos y ponemos la empresa en función de no ser vista.

Y pasa muchísimo porque creemos que eso afecta nuestro éxito y que no quita importancia al contexto en el que se mueve el sistema. Y es también, esa importancia de correr riesgos para poder superar y avanzar.

 

Cerrar Ciclos para Desbloquear el Éxito

Nuestra labor como líderes de la empresa, también se trata de saber cuándo cerrar ciclos porque es lo que nos frena. Por eso es importante, llevar a la gente, primero a estar informada de las cosas, y segundo, poder expresar lo que sienten.

Porque cuando uno garantiza que las personas de su equipo pueden hablar, opinar y expresarse, se asegura de que la empresa también lo haga, de que el sistema respire y libere pesos que no son necesarios.

Esa es la manera en la que uno puede empezar a conducir la empresa hacia las renuncias, me refiero a soltar los pesos y empezar a avanzar para manejar diferente las emociones; reconocerlas y aceptarlas.

Y no solo el dolor genera trauma, los miedos también, porque a veces, pensamos que si crecemos más y vendemos más, estamos expuestos y podemos estar en peligro.

En especial, es aquí donde los roles son necesarios y claves, porque es labor del líder dar el primer paso para que los demás integrantes del sistema crean, confíen y avancen.

Entonces, miremos en todo esto, el impacto que tiene identificarnos con lo que hacemos y tener claro para qué estamos en el sistema y cómo nosotros podemos aportar para evitar que se estanque.

Además, de lo fundamental que es que nos sintamos propios del sistema, que lo sintamos como nuestro, que sintamos que lo estamos construyendo y trabajando por él.

Cuando es así, sentimos que merecemos ese sistema y es así como logramos verdaderamente poner a disposición nuestro compromiso, responsabilidad y productividad.

 

Por: Mónica Paeres
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