Cuando piensas en conectar con tú propósito y con todas las áreas de tu vida, llegas a preguntas profundas como ¿quién soy?, ¿qué quiero?, ¿para qué soy bueno? o ¿para qué estoy aquí?

Estos interrogantes te encaminan hacia una exploración interior en la que es necesario enfocarse para lograr una verdadera transformación personal y profesional. Y hacerlo de manera consciente, también te lleva a encontrar la forma de plasmarlo en el exterior.

Es aquí, cuando aparece la oportunidad clave que muchos emprendedores y empresarios de ahora, entendieron hace mucho tiempo. Porque no es necesario estar dispuestos a dejar la vida en el trabajo para alcanzar el éxito.

Saber cuándo y cómo tomarte un tiempo, buscar opciones y aprender a disfrutar lo que sea que decidas hacer, es indispensable para reconocerte a ti mismo en medio de un proceso de cambio y lograr sentirte conectado con lo que sucede.

Y en realidad, cuando te planteas este tipo de cosas es que empiezas a entender los procesos de crecimiento y le das valor a esos momentos de transformación que necesitas para convertirte en una persona feliz y realizada.

Teniendo claro, que esa realización y felicidad, que ese “estar conectado con lo que haces y lo que vives”, y que ese éxito profesional y personal que anhelas, no se valida o aprueba en términos de dinero. Y tampoco en esfuerzo excesivo.

 

Conectar con tú Propósito para Asumir el Caos

Muestra de la comprensión sobre lo que representa el éxito personal y profesional hoy en día, es que por ejemplo, se apoyan más los proyectos de empresas o es más popular dedicarse a ser influenciador.

¿Por qué? Porque durante mucho tiempo, muchos han sacrificado sus vidas, no teniendo tiempo para vivir, sino solo para trabajar. Y no querer ser uno más de esos muchos, se vale.

Es la decisión de lo que, en especial a los jóvenes, les gusta y lo que los hace felices, lo que no están dispuestos a negociar. Es esa conexión consigo mismos lo que ahora les está generando dinero.

Se trata de tomar la decisión de enfocarse en lo que sí se tiene y dejar de lado lo que no fué. Eso marca la diferencia entre estancarse y avanzar, entre el confort y la aventura de la transformación.

Y cuando logramos entender ésto, ¿cómo podemos mantenernos conectados y con el enfoque en lo que sí tenemos? Y, ¿cómo logramos mantener el sentimiento de gratitud en eso que sí existe en nuestra realidad?

Lo logramos conectando con lo que sí podemos hacer en este momento, lo que está en nuestras manos, porque ante situaciones de incertidumbre o de cambio, quisiéramos empezar a solucionar todo ya, pero no funciona así.

Reconocer esas limitaciones y asumir los momentos de crisis con responsabilidad siempre trae regalos o pautas que nos ayudan a avanzar. Pero, a veces nos negamos a la transformación, a movernos, a crecer, o atravesar el caos.

Y ese momento de casi desorden, nos genera mucha incomodidad porque no queremos que algo cambie. Queremos cambiar, pero no queremos asumir las consecuencias, y no va a pasar así. Y en ese caso, lo que ya no se necesita se irá y lo nuevo puede llegar.

 

Transformación Personal y Profesional: Afrontando el Miedo

Dar paso a lo nuevo, genera inseguridad e incluso miedo. Pero, demos gracias a que existe el miedo. ¿Por qué? Porque está anticipando cosas. Y la mejor forma de combatirlo es confiar, lanzarse a buscar y abrirse a oportunidades.

La vida empieza a presentar opciones que no habíamos visto y que dependen de nosotros y de nuestra decisión de abrirnos a la posibilidad. Así que, tomar la decisión de atrevernos es una señal de que aprovechamos los recursos de la vida.

Se trata de permitirle que nos guíe, abrirnos a ella, y prepararnos para ver lo que quiere de nosotros; de seguro siempre hay algo más.

Y es necesario que aprendamos a fluir con la situación en vez de hacerle resistencia. Soltar el control y la estabilidad que hemos construido, nos hace daño y cuesta. Pero, te aseguro que cuando soltamos y confiamos, la vida pone caminos para nosotros.

Es bello cuando uno lo puede comprobar. Es como dar un salto al vacío y confiar que ante los momentos de crisis estaremos dispuestos a aceptar entrar en una etapa de transformación y permitir que las estructuras cambien.

Entonces, experimentar los cambios y mantenernos conectados con nuestro propósito nos lleva a crear mayor conciencia. Y no sólo hablo de un tema personal porque en el mundo corporativo también está pasando con grandes empresas.

Y volvemos a la transformación, a modificar lo que no funciona en tu vida y en tu profesión, y a preguntarnos. ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a apostarle a estos cambios? Y si no lo hacemos, ¿hasta dónde llegaríamos por rechazarlos?

Es esa resistencia y negación absoluta, las que nos llevan a creer que tenemos que terminar en el lugar en el que estamos y que no es posible movernos, aunque el costo sea enorme.

 

Emprender el Cambio: una Decisión para Alcanzar Metas

Tomar la decisión de transformar apunta a una comprensión consciente de nuestra propia vida, de lo que estamos haciendo y lo que estamos dispuestos a pagar. Y a veces aunque la vida nos esté mostrando que no, nosotros insistimos.

Ahí es donde tenemos que analizar, ¿cómo me paro ante la vida y pongo la vida a mi favor? Cómo hago para alinearme con esta fuerza y que esta fuerza me lleve hacia donde necesito estar para fluir en lugar de resistir.

Si lo vemos desde la sistémica, el sistema familiar ofrece herramientas para un auto análisis más profundo y de mayor introspección a nivel personal. En el caso del sistema empresarial, es más amplio. Pero al final, estos dos se complementan.

Hay también otras opciones de aprender a mirarse para encontrar lo que cada uno necesita en el momento de su vida que está experimentando.

En el campo profesional por ejemplo, los emprendedores necesitan fortaleza para generar recursos, y desbloquear el éxito y la economía. En muchos casos, aunque existen las ganas de emprender y enfocarse para lograrlo, este resultado no llega de forma fácil.

Así que, el emprendedor necesita un montón de fuerza porque lo arriesga todo y pone sus esfuerzos en sacar adelante su idea, y para hacerlo necesita cultivar su impulso y apalancarse en él.

Pero, cuando logramos llenarnos de esa fortaleza como emprendedores, ¿qué crees que sucede?, ¿qué pasa cuando nos sentimos satisfechos con nuestro trabajo, los ingresos y con el desarrollo de nuestra carrera?

Pues, por fin habremos llegado al lugar donde queríamos estar y por esa razón, nos sentiremos tranquilos, completos, disfrutaremos lo que hacemos, fluiremos con la vida, le damos sentido a nuestro trabajo y a nuestra existencia.

 

El Poder del Movimiento: Abrazando el Cambio

Ante cada logro, el reto siempre será preguntarnos qué más sigue. Esa es la clave porque cuando uno está en la cotidianidad se olvida de ir más allá e incluso de querer nuevas cosas. Estar quietos nos lleva a sentir miedo ante los retos y a perder la motivación.

En las empresas, por ejemplo, uno sabe cuando ya cumplió su ciclo en un cargo porque siente que está cómodo y que ese lugar es estrecho. Quizás el cargo está perfecto para otra persona, pero tú ya estás en otro momento, necesitas otra cosa, y eso es el movimiento.

Y ahí está el paradigma de crecer, tenemos que estar mal o sentirnos incómodos para querer movernos e ir más allá. Esto no pasa si todo está bien porque nos aferramos, nos apegamos a la situación. Y ¿por qué? Porque la conocemos y nos da seguridad.

Pero, eso no es del todo cierto. Yo puedo estar bien y sentir que puedo dar más o que hay algo más para mí. Podemos estar cómodos y sentir que hay más.

Y cuando uno pide más, el universo responde y está en nosotros saber ver las oportunidades y preguntarnos qué podemos hacer para aprovecharlas.

Incluso si pasamos esto a un análisis en pareja, ¿cómo logramos asumir esos momentos de cambios sin sabotear el éxito profesional de nuestra pareja? Pues, evitando rechazar el momento que vive.

Pero si no lo reconocemos, puede pasarnos que, no me permito ganar más dinero, si él o ella no gana más, no me permito trabajar en lo que quiero porque él o ella está sacrificándose en algo que no le gusta, y lo hacemos pensando que es lealtad.

 

El Sistema Empresarial y las Relaciones de Pareja

Cuando nos llenamos de lealtades horizontales y empezamos a ocultarnos, a no permitirnos arriesgarnos pensando en el otro, sucede mucho en temas como emprender o tener una empresa en pareja, se crea un desafío que el sistema empresarial termina cargando.

Entonces, las empresas reciben esos pesos, la inseguridad, la pareja y eso no permite que el sistema avance, porque está desarrollándose en dolor. Hay mucho impacto y vienen los bloqueos.

Este ambiente no es sano, nos hace perder el enfoque y nos lleva a sabotear el sistema empresarial y vivir nuestras relaciones con una sensación de que no nos sentimos bien con nuestras parejas.

Muchas veces, en las empresas, vemos tres roles, padres, pareja y socios, y aunque estos tres se entrelazan, a veces no tenemos muy claro el lugar en el que nos encontramos y empezamos a generar conflicto alrededor de esto.

No nos damos cuenta de que lo que sucede en nuestras relaciones lo traemos a la empresa. Es común ver que, por ejemplo, como es el esposo o esposa, no gana dinero y hace parte de la empresa como apoyo o ayuda.

Y ese esposo o esposa tiene que hacerlo porque es parte de sus deberes y por eso está para su pareja y para respaldarla en cualquier momento. Y en la realidad, a las parejas entender que esto no es así, les cuesta muchísimo.

Aún más, les cuesta entender que estas prácticas debilitan no sólo a la pareja sino también a la empresa y no le permiten avanzar. Es ahí donde se pone en juego el equilibrio, que es el que compensa estos aspectos sistémicos.

En cambio, si nos permitimos reconocer las relaciones y los elementos que están impactando de manera negativa, empezamos a ver cosas que pasan y que nos llevan a perder la conexión.

 

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