Llegaste a la vida en el momento en que el óvulo y el espermatozoide se unieron para formar un nuevo ser, una única célula llamada cigoto que contiene todo el material genético suficiente para convertirse en un ser humano completo. Material genético que proviene de tu padre y tu madre cuando tuvieron la relación sexual que permitió la unión de estas dos células. Este cigoto se encontraba ubicado en la  trompa de falopio y desde el primer instante siendo apenas una célula comenzaste a tomar de tu madre todo lo que necesitaste para viajar a la matriz, implantarte y desarrollarte por aproximadamente 9 meses hasta tu nacimiento al mundo externo.

Si fuiste concebido in vitro significa que, de igual manera, se requirió que papá y mamá aportaran sus células para luego implantar en tu madre el óvulo ya fecundado. Tomaste entonces la vida literalmente de tu madre a cada instante por todo el tiempo que duró la gestación y después de nacer, seguiste tomando de Ella y todos los que cuidaron de ti por muchos años más. 

No se trató de un recibir pasivo, como zigoto primero, luego como feto y bebé tomaste activamente todo lo que necesitaste para tu desarrollo. Solo de esta manera puedes avanzar, crecer y convertirte en un adulto sano y autosuficiente.  Tomar es lo que garantiza la supervivencia.

Quien toma de sus padres todo aquello que ellos ofrecen empezando por lo más importante que es la vida, puede vivirla llena de plenitud y satisfacciones. Esta toma es una sola pero puede verse desde diferentes ángulos o facetas y voy a compartirte cada una de ellas en estas entregas semanales.

Ha sido mi experiencia que aprender sobre la toma de la vida y las maneras en que lo podemos hacer, cambia significativamente tu experiencia vital, tus relaciones con tu familia y tu entorno mejoran, tu prosperidad y salud se restablecen, tus relaciones de pareja se revitalizan, tu sentido de ti mismo se fortalece y te paras con mayor claridad y fortaleza frente al futuro, tu vida se vuelve apasionada y con sentido.

Ejercicio

Cierra por un momento los ojos e imagínate el momento inmediatamente antes a que el óvulo en el vientre de tu madre fuera fecundado por el espermatozoide de tu padre. Aún no existías y sin embargo una fuerza de vida increíble estaba a punto de fusionarse, ahora imagina ese instante en que ambos se unieron y llegaste tú. Reconócete como una solo célula dentro de mamá y piensa en cómo todo se dió para que pudieras crecer y llegar vivo al mundo exterior.

 

por Mónica Giraldo

 

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