¿Sientes que tu potencial empresarial, liderazgo y éxito están estancados? En algún momento de nuestras carreras profesionales y empresariales hemos sentido que no avanzamos y que no estamos aprovechando por completo nuestras capacidades.

Esto ocurre porque en el continuo movimiento del sistema empresarial, podemos perder el enfoque hacia un crecimiento profesional combinado. Si como líderes nos desarrollamos, crece la empresa. Pero, si no lo hacemos, simplemente se estanca.

Es en este punto en el que identificamos que nuestra mentalidad debe ser ejercitada, y que necesitamos cultivar en nuestros pensamientos lo que deseamos que ocurra en la realidad. De lo contrario, nuestra mente no estará en sintonía con nuestra meta.

Es por eso que, a veces vivimos en perversas comodidades y no nos damos cuenta de que nos quedamos allí, de que nos estancamos, y que todo ese potencial que tenemos y todas nuestras habilidades, no las estamos aprovechando.

Entonces la vida viene y nos mueve al siguiente nivel. Y siendo conscientes, este proceso que puede ser caótico, también es muy bonito porque es lo que nos permite aprender. A veces no es tan agradable vivir así, pero es parte de avanzar, progresar, prosperar.

Aún con esto, tenemos una idea equivocada de la estabilidad. Pensamos en llegar a estabilizar una empresa, pero es imposible porque está viva, es puro movimiento. Así que la estabilidad es una ilusión.

En el sistema empresarial, todo el tiempo estamos en movimiento, la empresa se mueve y nosotros con ella. Todo el tiempo nos enfrentamos a retos y desafíos que nos llevan a crecer.

De esos procesos de crecimiento es de donde aparecen recursos potenciales que podemos aprovechar en el día a día. Y aunque nos cueste atravesarlos y enfrentarlos, tenemos todo ese espacio para ponerlo a nuestro alcance y usarlo en nuestro beneficio.

La Crisis: Una Oportunidad para el Liderazgo y Éxito

Cuando nos enfocamos en la situación difícil por la que pasamos en la empresa y la consideramos como lo peor que nos puede pasar, le damos fuerza a eso y perdemos la capacidad para reconocer esas oportunidades de desarrollo.

Así que, empezar a ver desde otra perspectiva, es ver también eso de lo que no nos hemos dado cuenta y reconocer que gracias a esa situación que alteró el confort es que entramos a una etapa de cambio que nos lleve a un siguiente nivel.

Es más, si hago el ejercicio y me apropio de esta idea, si pienso en la situación que más me ha costado aceptar en el ámbito profesional y laboral, recuerdo de inmediato un día que me despidieron.

Recuerdo que quedé confundida, yo llevaba cuatro o cinco años trabajando ahí y de un momento a otro me arrebataron algo en lo que yo me desarrollaba bien y que creía que era mi espacio de desarrollo.

¿Y ahora qué sigue? ¿Y ahora qué hago? ¿Y qué voy a hacer? Eso fue lo primero que me pregunté. Ya no tenía un soporte para apoyarme y tenía que enfrentarme a la realidad de que no podía hacer más que aceptarlo.

Y tengo que confesar que entré en pánico, sentí miedo. Pero, después llegó la confirmación de la vida, y me di cuenta que era lo mejor que me estaba pasando. Fue una etapa en la que aprendí muchísimo, me permití descansar y me enfoqué con fuerza en mi empresa.

Ante este tipo de situaciones, por lo general quedamos en modo perdido. Empezamos a vivir en el “perdí”, perdí esto, perdí la estabilidad, perdí el trabajo, perdí el dinero, y se nos olvida revisar todo lo que ganamos y de verdad, ganamos mucho más de lo que perdemos.

 

Desbloquea tu Mentalidad Poderosa: Creencias Limitantes

Cuando hablamos de desbloquear la economía, la parte financiera y demás, hablamos de las creencias limitantes que tenemos en nuestra mente por una transmisión de información cultural. Es justo eso lo que nos ha llevado a una vida en carencia y dolor.

Y esa relación de valor proporcional que le doy, por ejemplo al dinero y a lo que yo hago para ganarlo. Aquí no está de más la reflexión sobre cómo me valoro yo misma, qué me digo a diario, cómo me demuestro el aprecio que me tengo y cómo valoro a los demás.

Estoy segura que la mayoría de las personas que se encuentran ante este análisis están pensando en la auto-crítica que se hacen todo el tiempo, al modo en que se juzgan y el valor que no reconocen que llevan dentro.

Y claro, si yo no puedo identificar en mí, mis dones, mis talentos y el valor que represento, pues no puedo encontrar nada valioso afuera. Entonces, el valor del dinero no viene a nosotros, somos nosotros quienes le damos valor real y sentido.

Es tan poderoso esto del reconocimiento propio, que muchas veces en nuestras dinámicas cotidianas ni siquiera existimos para nosotros mismos. En nuestro diario vivir, damos mayor importancia e interés a lo que ocurre fuera.

Sino, pregúntate cuánto tiempo dedicas al día para atenderte y darte cuenta de lo que quieres y necesitas. Es casi seguro que tu respuesta sea poco o nada, y es que estamos viviendo en función de los demás.

Y ahí, en toda esa cantidad de gente con la que compartimos a diario, en el trabajo, en la casa, en la calle, necesitamos reconocernos, aprender a vernos y cambiar el chip. Empezar por aceptar que me veo, me atiendo, me intereso por mí y saco espacios para mí.

 

Libera tu Potencial Empresarial y Transforma tu Mentalidad

Si analizas a la gente súper exitosa, ¿qué ves? Son personas que dedican su primer bloque de la mañana para ellos mismos. Una de las prácticas claves en su rutina es destinar un espacio para estar con ellos mismos y desarrollarse.

Ellos no se levantan y salen corriendo para una reunión. Su pensamiento se basa en tener claro que primero se atienden, se escuchan, se valoran, se cuidan y cuando han conectado con su esencia, se preparan para el día y pueden ponerse a disposición de los demás.

Las personas exitosas lo son porque entendieron que el éxito y el dinero vienen a su vida en la misma proporción en la que valoran su existencia, y eso se replica, y por eso quienes están enfocados en conseguir esta abundancia, siguen sus pasos.

Cuando se ha logrado ese nivel de reconocimiento, los demás van a querer conectar. Es un hecho que se refleja en la empresa. Porque si tú no conectas contigo, pasas desapercibido ante mucha gente y es simple, no te ven y tampoco ven tu producto o servicio.

El sistema empresarial merece tanto detalle que incluso desde las ideas que tienes o como hablas de tu empresa, ya la estás valorando. A veces decimos, “mi emprendimiento”, pero llevamos uno o dos años desarrollándolo. Realmente estamos hablando de una empresa.

Cuando hablamos de emprendimiento es algo que estoy apenas creando, que estoy preparando para que luego salga a la luz convertido en un producto o servicio. Así que desde la primera venta, hay empresa, y ese es el gran paso para creer que somos exitosos.

 

Liderazgo y Éxito: Una medida de Crecimiento Profesional

Vivimos diciendo, lo estoy intentando, estoy trabajando en eso, entonces todo el tiempo le estamos contando a nuestra mente que no nos creemos lo que estamos haciendo o lo que hemos logrado.

Ser conscientes de esto nos da herramientas poderosas para desbloquear. Y si damos mayor valor a lo que hacemos, logramos la aceptación profunda de todo.

Y ser consciente también es definir lo que el sistema empresarial puede resolver y lo que nosotros como líderes deberíamos estar dispuestos a cargar, porque es claro que lo que traemos en el interior afecta a la empresa.

No sólo se trata del desempeño, sino también de la relación que tenemos con las personas que hacen parte del sistema empresarial. Esto es a lo que llamamos ambiente o clima laboral y se convierte en un modo de estar o de ser de una empresa.

Y si no es bien manejado, impide que los trabajadores puedan aprender y desarrollarse. Y así, como en el sistema familiar son los padres los responsables, en las organizaciones es el empresario quien se hace cargo de lo que sucede y busca resolverlo.

Pero si una empresa, desde sus mandos directivos se enfoca en que el problema es el empleado y no identifica lo que él expone y piensa sobre una situación, la empresa no está viendo.

Ese vacío de liderazgo es el que impide que la empresa se libere de las cargas personales, emocionales y no funcione de manera adecuada. Esos vacíos son auto-completados por la ausencia de dirección y control.

Al final, asumir esa responsabilidad es parte de la misión de los empresarios. Se trata de alinear los talentos y pasiones, y conectarse con lo que se quiere, con lo que se ama.

 

Por: Mónica Paérez T.
Psicóloga y consultora sistémica

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