El liderazgo empresarial es un reto que nos lleva a enfrentarnos a nuestro propio ego para poder conectar con la organización como un sistema vivo.

A veces, en esa lucha contra lo que queremos y lo que la empresa necesita, afrontamos dolor e impotencia, pero si logramos superarlos estamos avanzando hacia ese crecimiento que buscamos como líderes o directivos de la empresa.

En las organizaciones suele pasar que a veces nos empecinamos con servicios, productos o programas que no son los que el sistema necesita o los que mejor puede desarrollar.

Y esto es muy común porque como líderes, nos ubicamos en la posición de direccionar todo lo que ocurre y queremos que sea como nosotros decidimos. Pero, cuando empezamos a ver la empresa desde la sistémica, eso cambia.

Ver las organizaciones como sistemas vivos, nos lleva a entender que necesitamos afinar nuestro enfoque y poner atención a lo que el sistema nos está mostrando y hacia dónde nos lleva.

Esto incluso puede entenderse como una lucha entre el ego personal de nosotros como líderes y la fuerza que necesita tomar el sistema para llevarnos a obtener resultados.

¿Por qué? Porque aquí entran a jugar los dolores, el enfoque, nuestro aporte a la vida y al sistema, y la capacidad que tengamos como líderes y como equipo de adaptarnos a lo que la empresa nos pide..

Así podemos dar paso a nuevos cambios que representen transformación y avance. Pero, a veces nos negamos, nos cerramos a ese mejoramiento porque no queremos movernos de la comodidad en la que estamos.

Y para lograrlo se necesita disposición, entrega y aceptación de nuestra parte; cuando no es así nos encontramos con procesos demasiado complicados y que generan pausa, incertidumbre y dolor. ¡Sucede que no estamos conectados!

 

Liderazgo Empresarial: Cómo Superar el Dolor del Cambio

Si pensamos en el reto que implica para los líderes y los integrantes de la empresa alcanzar el cambio y adaptarse a él, es inevitable que haya dolor pues aprender a soltar la zona de confort en la que podemos encontrarnos es todo un reto.

Entonces, ¿cuál es la clave para aceptar el cambio, alcanzar el punto de equilibrio y ser autosostenible?

En las organizaciones empieza a cobrar sentido llegar al punto de equilibrio cuando se quiere llevar el sistema a la estabilidad. Pero, a veces en el proceso para lograrlo, entramos en conflicto porque todo empieza a moverse para acomodarse.

Aún así, cuando esto se entiende al interior de la empresa, la expansión y el crecimiento puede darse y seguir su curso, y es ahí donde se empieza a alcanzar el equilibrio y a superar el caos y el dolor.

Entonces, vienen objetivos y metas con los que todos están conectados y trabajando en ellos para alcanzarlos.

 

El Poder del Líder y la Sistémica en la Empresa

El rol del líder se enriquece y cobra poder, porque se convierte en vehículo para ayudar a la empresa a avanzar. Este es uno de los aportes que la sistémica puede hacer para guiarnos a entender nuestra participación.

Y aquí viene también la importancia de reconocernos dentro de la empresa y tener claro nuestro rol y la forma en la que podemos no solo ser parte del sistema, sino también aportarle.

Ese reconocimiento debe estar en cada una de las personas que hacen parte de la empresa porque es lo que permite que se de esa conexión con lo que la empresa persigue y los propósitos que se quieren alcanzar.

Y la mejor forma de llegar a esto es entender que la organización funciona como un ser vivo que absorbe del contexto y de las personas. Entonces, si como equipo estamos en discordia o desconectados, eso es lo que le vamos a aportar al sistema.

Por eso es importante que tengamos la actitud adecuada y la calma que puede darnos estar en línea y tomar de la misma empresa y de sus recursos, porque claro, todo va enlazado y de ahí es de dónde el sistema toma la fuerza.

Esa es la clave para conservar el éxito, de lo contrario, empieza a forjarse el desbalance y es donde empiezan los empresarios a venirse abajo, porque no se permiten tomar, están dando todo el tiempo. Y al final, dan de lo que no tienen.

 

Liderazgo Empresarial: Estructura y Gestión Sistémica

Cuando la empresa empieza a resentir empezamos a ver que todo el empeño, el trabajo que implica sostenerla y el equilibrio que se ha alcanzado se ven en riesgo y necesitan ser rescatados.

Y es nuestra decisión elegir lo que queremos rescatar, pero para llegar a esto necesitamos tener estructura en la empresa, en papeles y en la realidad de cómo nos organizamos a diario y cómo gestionamos desde nuestro rol.

Muchas veces tenemos configurada o constituida la empresa de forma que el sistema parezca tres o cinco personas que no tienen nada que ver con la gestión. Y esto también a nivel interno, genera mucho desorden.

Cuando nosotros logramos organizar esa propiedad estatutaria y sistémica, la empresa toma fuerza porque evidenciamos nuestra capacidad total y nos podemos entender como uno solo y no como personas por individual sino en equipo.

Y entender eso puede generar incluso dolor porque estamos aprendiendo a responder al sistema no como nosotros queremos sino como sabemos que lo necesita.

Entonces, aunque queramos abarcar toda la operación olvidando el poder que tiene dar ese lugar que le corresponde a cada persona dentro de la empresa, si aprendemos a escuchar al sistema vamos a enfrentarnos con lo que realmente espera.

Y esto es crucial para nosotros como líderes, es en este punto en el que necesitamos ver más allá para recibir ese apoyo inigualable que nos soporte para crecer, alcanzar lo que la empresa se propone y seguir adelante.

 

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