¿Cuántas veces has pedido desesperadamente más tiempo? Para estar con tus hijos, descansar, ocuparte de tu salud, compartir con tu pareja, leer un libro… Al final de día, ¿sientes que dejas de lado muchas cosas que te hacen feliz? Tal vez, esa carrera sin fin en la que todos quedamos atrapados nos hacen perder de vista nuestras prioridades… Pero la vida nos regala soluciones como las crisis, ¡momentos preciosos de transformación y cambio!

La vida, y lo más grande, ante tantas veces que pedimos una oportunidad, nos sigue diciendo “SÍ”. Nos regala el precioso espacio y el tiempo, pero el “cómo” (por ejemplo, una crisis) no es nuestro asunto. Lo mejor que podemos hacer es ocuparnos al fin de nosotros mismos, de auto observarnos y de volver a los asuntos que tenemos pendientes.

Hay algo más grande que está sucediendo, pero la forma en que nos toca como individuos aquí, donde estamos en este momento, es lo que nos corresponde ver e incluir desde nuestro lugary es la única forma en la que podemos contribuir al todo

¿Cuáles son los miedos que esta crisis me lleva a ver?

¿Cuáles son las claridades y tranquilidades que están allí, a pesar del revuelo que hay alrededor?

Observar estos dos aspectos de nuestra situación personal puede brindarnos respuestas y claridades que ninguna otra mirada o reflexión externa podrían darnos jamás.

Ante las crisis, estar todo el tiempo enfocados en lo que sucede en nuestro entorno, mirando las noticias, dejando que cada conversación que nos rodea sume más miedo y aumente las dificultades, “no aporta nada” al proceso de transformación y cambio al que nos está invitando el presente. Recuerda siempre que lo que pensamos afecta nuestra biología.

El consumismo, el afán del día a día, el tráfico, el trabajo, etc., (que, en realidad, no son ni buenos ni malos), nos distraen de nosotros mismos. La vida ya nos mostró el camino, es decir, “ir adentro” quitándonos tanta distracción externa, entendiendo que las crisis, son momentos preciosos de transformación y cambio.

Tener puesta nuestra atención y energía en el proceso, observar los miedos, las limitaciones y demás, es lo que nos va a permitir crear una versión mejorada de nosotros mismos durante cualquier crisis que esté sucediendo.

Sentirnos «víctimas» no nos permitirá aprovechar las oportunidades preciosas que la vida nos trae con estas circunstancias.

Lo único que debemos hacer mientras tanto, es tener una actitud de responsabilidad ante la situación y tomar las medidas de seguridad que garanticen nuestro bienestar y el de los nuestros.

Conecta con algo más grande que no solo te guiará en medio del huracán, sino que te permitirá ir a una mayor expansión y más vida.

¡La gran oportunidad está dispuesta para salir siendo la mejor versión de nosotros mismos!

Recuerda que las crisis, ¡son momentos preciosos de transformación y cambio!

 

Por: Mónica Paérez T.
Psicóloga y consultora sistémica

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